La poeta, apacible en su mecedora y con sus manos frágiles aferradas a su escritorio portátil, nos obsequia el último de sus poemarios dedicado a su natal Guasipati, aún sin publicar. Aquí el segundo fragmento de esta obra:
Guasipati región paradisíaca
con luciérnagas y petunias
aquella zona tan remota
con el caimito tornasol
y la madre como el rocío
aquel ignoto ámbito
de aves extrañas lejanísimas
y la madre en las raíces de la esperanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario